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"La Solidaridad Internacional no es un Crimen"
Líder anti-guerra Jess Sundin abofetea la infiltración del FBI en el movimiento por la paz 

Por Jess Sundin
 

El Servicio de Noticias "Fight Back" está haciendo circular la siguiente declaración hecha por Jess Sundin, del Comité Anti-Guerra y el Comité para Frenar la Represión del FBI, durante una conferencia de prensa  el pasado 12 de enero sobre la infiltración del FBI en el movimiento por la paz. Sundin es una de las y los 14 activistas que fueron inicialmente llevados a declaración durante las redadas del FBI el 24 de septiembre de 2010. Ella también fue una de las principales organizadoras de la gran marcha de 30.000 personas contra la guerra durante la Convención Nacional Republicana en 2008. 

La conferencia de prensa expuso el rol de una policía encubierta que se hacía llamar "Karen Sullivan", quien entró en el movimiento contra la guerra poco antes de la Convención mencionada. 

Hasta el día de la fecha, 23 activistas contra la guerra y por la solidaridad internacional han sido llamados y llamadas a comparecer en un juzgado en Chicago. Se están planificando protestas en varias ciudades de los Estados Unidos para el 25 de enero, fecha en que activistas en solidaridad con Palestina están siendo llamados y llamadas a comparecer frente al juez. 

Declaración de Jess Sundin, conferencia de prensa, 12 de enero

Estamos hoy aquí para expresar indignación ante la violación de nuestros derechos democráticos por parte de las operaciones gubernamentales de espionaje, infiltración e interrupción de nuestro movimiento contra la guerra, realizadas en el curso de los últimos dos años y medio. 

En abril de 2008, la oficial Karen Sullivan se unió al Comité Anti-Guerra. Entonces estábamos organizando las marchas contra la guerra para los primeros y últimos días de la Convención Nacional Republicana (CNR) en St. Paul. Durante esos días ocurrió una masiva operación de seguridad que incluyó la infiltración del Comité de Bienvenida de la CNR. Hemos confirmado ahora que, en ese período de tiempo, nosotros y nosotras también fuimos material de investigación gubernamental. La diferencia es que nuestra espía se puso cómoda y decidió quedarse un rato, actuando como si fuera una colega en la lucha contra la guerra y pretendiendo ser nuestra amiga. 

Durante dos años y medio, la oficial Sullivan participó, a veces inclusive como moderadora, en reuniones semanales del Comité Anti-Guerra, donde toda persona presente tiene voz y voto en las decisiones que se toman. La oficial Sullivan tenía una llave de la oficina del Comité, la cual fue utilizada por el FBI el 24 de septiembre para entrar y revisarla, llevándose nuestras computadoras, registros financieros y otros materiales. Durante el último año, Sullivan ayudó en el registro de cuentas, con lo cual tenía acceso libre a nuestros registros financieros. En varias ocasiones, la oficial Sullivan dio discursos públicos en nombre del Comité, sobre temas como Colombia y Palestina. Algunos de estos discursos pueden ser leídos en nuestro sitio web todavía. En resumen, la oficial Sullivan ha tenido acceso completo al trabajo del Comité - a nuestras listas de miembros, nuestras finanzas, a nuestros procesos de toma de decisiones y a todo lo que quisiera saber sobre nosotros y nosotras. 

Aún después de dos años y medio de tener acceso a esta información, no se han levantado cargos contra nadie. En cambio, cerca de doce personas están atravesando procesos judiciales intimidatorios, como si fuera una expedición de pesca. Si realmente hubiera actividad criminal en nuestro seno, la agente Sullivan lo habría sabido todo. Los únicos crímenes cometidos son los abusos de la misma Karen Sullivan a nuestros derechos. 

Desafortunadamente, la oficial Sullivan mostró un especial interés por el trabajo de la coalición del Comité Anti-Guerra. Representó a nuestro Comité en reuniones de la Coalición de Acción por la Paz en Irak y de la Coalición por los Derechos de Palestina. También nos representó en encuentros nacionales - de la Coalición de Solidaridad con América Latina (LASC), las protestas de SOA Watch, el Foro Social de los Estados Unidos en Detroit el año pasado. Hace más o menos un año, también se unió a la Organización Socialista "Freedom Road", la cual es señalada por el gobierno al estilo de las cazas de brujas de la era política de McCarthy. 

El gobierno no tiene derecho a espiar al Comité Anti-Guerra, ni a ninguna de las organizaciones donde trabajamos. Las acciones de la oficial Sullivan reflejan sólo el ejemplo más reciente de vigilancia de movimientos progresistas en los Estados Unidos por parte del FBI. Este tipo de acciones han sido descritas en octubre de 2010 en el reporte de Inspectoría General, el cual documental los esfuerzos de espionaje dentro grupos del movimiento por la paz como el Comité Anti-Guerra.  

Estas acciones son una burla a nuestros derechos democráticos establecidos por la Constitución - el derecho a la libertad de expresión, libertad de disentimiento, y libertad de asociación. La oficial Sullivan sobrepasó el simple espionaje, para tornarse una participante activa del trabajo del Comité, al punto de perjudicar su funcionamiento. 

Cuando hablo de perjuicio al funcionamiento, me refiero a la delegación en solidaridad con Palestina en 2009. Esta delegación cumplía la misión de corroborar hechos, y las delegadas irían a testificar las condiciones de vida de las y los Palestinos bajo la ocupación apoyada por los Estados Unidos, y a expresar nuestra solidaridad cara a cara. La oficial Sullivan hizo públicos sus planes de participar en la delegación, ayudó en su promoción y en la junta de fondos en nuestra comunidad. Al mismo tiempo, ella trabajaba para sabotear el viaje por completo. Gracias a su trabajo, las autoridades israelíes recibieron reportes e impidieron la entrada de dos mujeres de Minneapolis que viajaban con Karen Sullivan. Su acción, en nombre del gobierno de los Estados Unidos, privó a estas mujeres de su derecho a viajar, asociarse y disentir. El gobierno se equivocó al estorbar nuestro importante trabajo legal contra la ayuda estadounidense a Israel.

Nos hemos dado cuenta que esta delegación, así como algunas de nuestras actividades de recaudación para apoyarla, preocupan mucho a la oficina de los fiscales estadounidenses en Chicago. Una serie de eventos para recaudar fondos se organizó con el objetivo de ayudar a tres mujeres de Minneapolis a viajar - incluyendo a la oficial Sullivan - para enviar un pequeño símbolo de solidaridad al pueblo palestino. Nosotros y nosotras comunicamos abiertamente nuestro trabajo en apoyo a la Unión de Comités de Mujeres Palestinas, una ONG registrada con la Autoridad Palestina, la cual no es ilegal ni ante la ley israelí ni ante la ley internacional. 

La Unión de Comités de Mujeres Palestinas lucha por la igualdad para las mujeres. Las actividades de la misma incluyen el apoyo a mujeres refugiadas y prisioneras políticas, proveyendo servicios sociales básicos, tales como guarderías para niños y niñas. Estas mujeres hacen lo correcto al trabajar por la justicia en Palestina, y no hay razón por la cual debamos ser criminalizadas por apoyarlas. Sin embargo, eso fue lo que ocurrió. 

El 24 de septiembre, agentes federales irrumpieron en nuestras casas y pusieron patas arriba nuestras vidas. La comunidad, compañeras y compañeros, colegas, amigas y amigos, familias, se unieron para defendernos. De hecho, gente de todo el país, que nunca habíamos conocido, se acercó y defendió nuestro derecho a involucrarnos en el activismo de solidaridad internacional y contra la guerra.

Pero una persona desapareció por completo - una persona que pensábamos era una compañera y la cual clamó ser nuestra amiga: Karen Sullivan. Esta mujer no solamente trabajó con nosotros y nosotras en el Comité Anti-Guerra y otros grupos, sino que se involucró en nuestras vidas personales. Llegó a conocer a nuestros hijos e hijas, a asistir a celebraciones de cumpleaños, a visitar a nuestras y nuestros familiares en caso de enfermedad.  

En conversaciones con la oficina en Chicago de la Fiscalía estadounidense, se tornó evidente que todo lo que pensábamos saber de Karen Sullivan era una mentira. Nunca fue una amiga, ni una persona de conciencia contribuyendo a nuestro trabajo por la paz con justicia.

En cambio, era una oficial de la ley, trabajando para vigilarnos a nosotras y nosotros, a nuestros amigos y amigas, y a nuestras organizaciones. Trabajaba para desbaratar nuestra articulación política. Esto, más que una historia de traición personal, es una historia de represión política. Me asquea la idea de que, a través de las palabras de esta mentirosa, el gobierno haya entrado en nuestras casas, incautado nuestra propiedad, y lanzado una caza de brujas judicial que atrapó no sólo a quienes conocían a Karen Sullivan, sino a mucha otra gente buena de Chicago. A nombre de esta mentirosa, el FBI ha cuestionado a nuestras y nuestros colegas de todo el país - de Carolina del Norte, Wisconsin, Arizona y California. 

En lugar de desmigajarse bajo la presión, nuestro movimiento responde con fuerza y unidad. Permaneceremos unidas y unidos detrás de todo hombre y mujer que Patrick Fitzgerald atrape en este juzgado. El 25 de enero, cuando nueve palestinos y palestinas y activistas en solidaridad con Palestina sean llamados y llamadas a declarar frente al juez en Chicago, la gente estará protestando en los Edificios Federales y en las oficinas del FBI a lo largo y ancho del país. 

Nosotros y nosotras, activistas del movimiento contra la guerra y por la solidaridad internacional que somos blanco de Fitzgerald, contamos con el apoyo de todo movimiento progresista en este país - desde los sindicatos de comercio hasta el movimiento por los derechos inmigrantes, desde estudiantes hasta gente de fe, y toda y todo aquel que se encuentre en el medio. Oponerse a la guerra no es un crimen. La solidaridad internacional no es un crimen. No estamos solas ni solos, no hemos hecho nada mal y no tenemos miedo. 

Traducción: Gabriela Uassouf

 

 

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