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El 15 de julio, en el Achotal, Río Blanco, Intibucá, el Ejército de Honduras asesinó al compañero Tomas García, miembro del Consejo Indígena y Auxiliar de la comunidad.

Declaración de COPINH

Reportaje Fotográfico:
Tomas García presente, ahora y siempre

Fotos y Textos: Activante de SOAW en Honduras

El domingo, 14 de Julio, militares del Primer Batallón de Ingenieros llegaron a la toma del pueblo Indígena Lenca de Rio Blanco, donde el pueblo tiene mas que 100 días de bloquear el acceso de empresas que quieren construir una represa hidroeléctrica en el Rio Gualcarque. Un día después uno de los militares del Batallón de Ingenieros asesinará uno de los líderes de la toma.

Según uno de los soldados, hubo 34 militares ubicados en las instalaciones de la represa.  Antes de la llegada de las empresas hidroeléctricas y la resistencia del pueblo al proyecto, no hubo soldados ni policías en la zona.  

Militares del Primer Batallón de Ingenieros sirven en esencia como guardias de seguridad para DESA y SINOHYDRO, empresas que están ilegalmente construyendo la represa Agua Zarca en territorio Indígena.  A pesar de las amenazas de muerte que enfrenten lideres de la comunidad por resistir el proyecto, los militares no les protegen.  En vez, los militares viven, comen, y duermen en las instalaciones de las empresas y amenazan a miembros de la comunidad que luchan por sus derechos.  En la foto, militares y policías custodian a las instalaciones de DESA y SINOHYDRO durante una protesta del pueblo Lenca. 

En la mañana del 15 de Julio, 200-300 miembros del pueblo Lenca caminaron a las instalaciones de DESA y SINOHYDRO para una vez mas demandar la salida de las empresas de su territorio.  Las instalaciones y represa están siendo construidos en territorio Lenca en contra la voluntad de los que viven en la zona,  quienes dependen de la tierra y rio para sobrevivir, en una clara violación del Convenio 169.  Tomas García, miembro del Consejo Indígena y padre de siete hijos, fue uno de los primeros en llegar a las instalaciones para la protesta.  Apenas había llegado cuando un militar le disparó de cerca varias veces, matándole inmediatamente. 

El soldado que asesinó a Tomas García también disparó a Allan Garcia, hijo de Tomas y un joven de 17 años.  Allan fue herido por las balas del ejercito en el brazo, espalda, y tórax y tenia que pasar varios días en el hospital. 

Dos otros también fueron heridos por las balas del militar, incluso este hombre quien fue atrás de Tomas García.  El escapó la muerte o lesiones serias por solo uno centímetros cuando una bala le pasó rozando a su cuello.  

El miércoles, 17 de Julio, miembros de la comunidad se reunieron alrededor del cuerpo de Tomas García en la humilde iglesia Católica de La Tejera.  Fue un momento solemne mientras que lamentaron el asesinato de su compañero, un muerto que no tenia que pasar.  Ofrecieron oraciones para Tomas, su familia, los que están en contra de ellos, y pidieron al Señor la fuerza para seguir en la lucha. 

Después, cientos de personas reunieron en la toma, donde Tomas había pasado tanto tiempo durante los últimos 106 días de su vida.  Miembros de la comunidad llevaron el cuerpo de Tomas a descansar bajo el árbol del Roble al centro del grupo.  

La comunidad reunió alrededor del ataúd para un servicio de recordar a Tomas y su vida, una vida de lucha.  En honor de su compromiso de defender su tierra colectiva y el derecho del pueblo Lenca a sobrevivir y determinar su propio destino, se comprometieron ante el espíritu de Tomas a la lucha por la vida, la lucha en contra del proyecto Agua Zarca que pretende privatizar su rio por 30 años y destruir las cosechas de que dependen para sobrevivir.   

Recordaron que Tomas había dicho que nunca iba a rendirse.  Como auxiliar y miembro del Consejo Indígena, las empresas le habían ofrecido miles y miles de Lempiras para apoyar el proyecto pero el lo rechazo a favor de la lucha dura para soberanía y dignidad.  Recordaron que hasta llegaron personas a la toma para ofrecer dinero a Tomas en cambio de su apoyo a proyecto, pero el no se vendió.  Fue un líder en la lucha para defender la tierra y recursos naturales y ahora es un mártir para el Pueblo Lenca quien "dio su vida para todos nosotros." 

Los hijos de Tomas sufrieron dolor por la muerte de su papa, quien fue asesinado luchando para que ellos tuvieran un futuro en la tierra de sus antepasados, un futuro con tierra donde vivir y trabajar y agua para tomar y cultivar.  

Después del servicio, miembros de la comunidad llevaron a Tomas al cementerio, en camino al Rio Gualcarque donde las empresas pretenden construir el Proyecto Agua Zarca.

"Le llevaron a Tomas a descansar en medio del bosque y la Madre
Naturaleza que luchó para defender."

Cientos de personas caminaron al cementerio para el entierro, en medio del bosque y ricos recursos naturales que han cuidado por cientos de años.  

Después del entierro, su hermano menor sembró una cruz y una planta de la esposa de Tomas al lado de la tumba. 

Su familia se junto alrededor de la tumba, sin palabras para expresar su angustia y dolor en perder su padre, esposo, hermano, y amigo a manos del ejercito hondureño durante una protesta en defensa de su comunidad.

El nombre de Tomas fue escrito en el cemento de su tumba, donde el seguirá dando fuerza a la comunidad en su lucha por la vida, en contra las corporaciones que han invadido sus tierras, quieren privatizar su rio, destruir sus cosechas, y quienes han llevado violencia y muerte a su comunidad.  Su espíritu seguirá guiándoles en la lucha para vivir con dignidad y defender la tierra y los ríos en que dependen y cuidan para sobrevivir.  

Tomas García presente, ahora y siempre. 


 

 

 

                                  

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